jueves, 15 de mayo de 2008

Y todo por 90 minutos...

El fútbol es el deporte más lindo del mundo, como bien dice el relator de ESPN. La adrenalina que genera, tanto dentro como fuera de la cancha, es algo inexplicable. Y quizá hasta inentendible. El amor por una camiseta por sobre casi todas las cosas, el sentimiento de culpa por no haber podido ver a tu equipo, la alegría dulce de la victoria, el sabor amargo de la derrota (amarguísimo si es a manos de tu clásico rival)... Miles de cosas hacen que este deporte sea incomparable desde lo sentimental.

Pero más allá de todo eso, hay algo más, casi metafutbolístico, que le da color al entorno del fútbol. Y no hablo de las hinchadas, los dirigentes o las publicidades, sino de las pequeñas cosas y situaciones que hacen del fútbol y su mundo, un espacio delimitado, separado de casi todos los demás, plagado de metonimias y sinécdoques.
Y si no, miremos:

* en el fútbol puede, casi cualquier jugador, abrir el pie. Una metáfora por demás inexacta, pero que aplica perfectamente al movimiento que efectúa un futbolista al patear una pelota;

* alguien puede cabecear con el techo de la cabeza

* lo que es mejor, ese cabezazo puede quedar en el techo del arco.

* el balón de juego puede ser: balón, esférico, útil elemento, pelota, bocha, cuero, caprichosa... y vaya uno a saber cuántos nombres sinónimos más;

* el arco tiene no sólo ángulos, sino ratoneras, y lugares (como decían los antiguos relatores) donde duermen las arañas;

* la cancha de juego es una superficie plana de césped, sin embargo, invisibles a cualquier espectador no futbolero, podemos encontrar callejones: el del 10, el del 8, el del 3...

* La pelota puede colgarse en cualquier momento, por más que baje al segundo. Los arqueros, sin embargo, son los encargados de descolgarlas, aún cuando no hay ganchos ni nada por el estilo por sobre el campo de juego;

* los apodos son casi una condición sine qua non del fútbol. Sin embargo, uno nunca va a encontrar un apodo largo. Como decía Fontanarrosa, nadie va a llamar a alguien de su equipo en el medio del partido con el apodo "cara de puñetazo en el barro", debido a que cuando terminé de decirlo, la jugada ya pasó. Pichi, Pipa, Burro, Beto... ¡esos sí que son apodos futboleros!

* en el mismo orden de cosas, es asombroso como una palabra puede llevar tanto sentido en un partido de fútbol. En cualquier otro contexto, si alguien grita "misma" vamos a preguntar, casi mecánicamente: "¿Misma qué?". Sin embargo, esas cinco letras dentro de un partido de fútbol quieren decir "pasame la pelota por el mismo lugar (o la misma punta) en donde estás atacando vos, que estoy libre". Fantástico, ¿No? Exactamente el caso contrario es "toda", que resume al mucho más inapropiado "cruzá con un pelotazo toda la cancha, que por tu punta están todos marcados y por la mía estoy libre". Así también, un simple grito de "te van" basta para que el poseedor accidental de la pelota sepa que está a punto de ser alcanzado por otro jugador del equipo contrario con el ánimo de sacarle el balón, y él todavía no lo vio, o no se dió cuenta.

* la pelota puede, también, dormirse en el pecho de un jugador, o ser atenazada por las manos del arquero, que seguidamente puede hacer una de bowling para efectuar el saque de arco. También puede caer llovida dentro del área, si es que el centro fue tirado a la olla.

* la cancha en la que se juegue puede ser tanto una mesa de pool (si es muy chica) como una estancia (si tiene las medidas máximas permitidas);

* el fútbol, además, nos crea un sentimiento de pertenencia no sólo física sino atemporal de algo que jamás fue nuestro: no sólo "Salimos campeones", sino que "ganamos la final del 67", por más que el que lo dice haya nacido en el 78.

Y miles de cosas más, con las que podría seguir ejemplificando.
Pero lo único que lograría sería decir cosas obvias para los que jugamos al fútbol (o lo vemos) y casi inentendibles para el resto de los mortales.

Todo lo que pasa en la cancha, queda dentro de la cancha. Esa es una de las máximas principales del fútbol.
Todo, claro, menos éstas cosas.

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