De las muchas cosas que disfruto haciendo solo, la que más me gusta es hacer música. Mi vida está regida por la música.
No importa si es por medio de un instrumento (sea el que fuere, desde la guitarra al saxo), o simplemente en mi "monólogo interior". Siempre, pero siempre, en casi todo momento, mi vida está acompañada por la música.
Y descubrí que así las cosas son más fáciles de hacer. Uno trabaja mejor con música, cocina mejor con música, camina mejor con música... Ama mejor con música.
La música, dicen, es el lenguaje universal. Para mí, va incluso mucho más allá del lenguaje. Uno puede decir, sentir y hacer sentir, nublar, emocionar... todo lo que quiera con una buena música. Y el efecto será mucho mayor al de las palabras.
El hombre que camina solitario, lleva música en su interior. Aunque sea sólo el "tac-tac" de sus zapatos en la acera, seguirá su ritmo. Yo sigo el mío, pero me uno en un ensamble con la gente que quiero.
La mayoría de las veces me descubro a mí mismo creando melodías que nunca puedo volver a repetir. Como un compositor genial y frenético, creo que tengo creadas más de 1000 sinfonías, canciones, arias, riffs, yeites... Creo, constantemente, aunque no lo repita.
Con los instrumentos estoy un poco más limitado: nunca pude (y creo que nunca podré) llevar lo que suena en mi cabeza a mis manos. La guitarra me hace bastante caso, el saxo está empezando a entenderme, el piano me mira de reojo compadrito y la batería me mantiene una conversación simple, pero nada más.
Hago música aleatoria, silbando, tarareando, dentro de mí mismo. Melodías geniales que jamás el mundo escuchará, porque soy incapaz de reproducirlas.
Hasta en este preciso momento me encuentro silbando y tipeando al ritmo de una canción inexistente (o sí, pero en un inconciente colectivo que desconozco). Es extraño, porque no puedo hablar por teléfono y leer algo en el monitor a la vez. Pero puedo llevar la música dentro de mí mientras hago prácticamente cualquier cosa.
Compongo en cualquier tiempo, aunque el 4/4 es el que más me sale. Reversiono canciones o armonizo cada vez que escucho un tema. Invento segundas o terceras voces. Cambio de tiempo canciones de Mancini y las paso a un 2/4 mucho más tanguero y argentino aún. Soy un compositor que necesita inspiración de un tercero muchas veces, pero que compone incansablemente dentro de sí mismo.
"There's nothing you can sing that can´t be sung" decían The Beatles en All you need is love. ¡Cuánta verdad! Algún día, quizá, alguien componga mi vida musical
Yo mientras tanto espero silbando bajito algo que iré inventando al pasar...
2 comentarios:
Estas bastante vago, que pasa que posteamos de forma tan separada.
Ce vediamo dopo
Ishbin el amplio
No se me queje Ishbin! Ahí posteé un par de cositas!
Publicar un comentario