martes, 13 de mayo de 2008

Big girl, you're beautiful

Fuimos con Palla a ver "Gorda", la obra de Neil Labute sobre un muchacho "normal" que se enamora de una mujer subida de peso. La trama gira en torno (¡ja! siempre quise escribir eso, ¡como si fuera un gran crítico!) al romance entre ellos dos, y a los comentarios que tiene que aguantar él sobre su novia "gorda". Desde decirle que no puede ser, que él es un tipo fachero, con buen laburo, joven y que no puede estar saliendo con alguien así, hasta el cruel y poco reflexivo "yo sé que vas a hacer lo correcto", invitándolo a separarse de ella, el discurso final (por llamarlo de alguna manera) de su "mejor amigo", es cruelmente esclarecedor.
Frases como "una mujer así de gorda tiene que estar con alguien como ella, con un gordo" son el fiel reflejo del pensamiento de miles de personas. De miles de mentes chiquitas que no pueden ver la felicidad más allá de las apariencias.
Uno, que estuvo de ese lado, puede hablar desde la experiencia personal. La crueldad de la gente puede hacer cosas por demás destructivas en alguien así. Uno puede sentirse, en el mejor de los escenarios, distinto a todos, y en el peor, una basura de la sociedad. La voz de la mayoría de la gente, representada en este caso por el mejor amigo del personaje principal de la obra, es la tantas veces escuchadas por los que tuvimos sobrepeso alguna vez. En este caso, el de la obra, el personaje de la muchacha gorda tenía muy en claro su situación, y se permitía bromear con ella. De hecho, la primer palabra que dice el muchacho que se enamora de ella es "enorme", pero refiriéndose al lugar, y ella después le dice "pensé que me hablabas a mí".
Pero quién más sufre es él. Y no por él, sino por ella. Porque los amigos lo cargan, pero tan cobardemente, que lo hacen sólo cuando está él. A ella jamás le dicen nada.
Lo mismo pasa en la vida real. De hecho, Neil Labute comenta que él fue gordo una vez, y decidió bajar de peso... sólo para volver a subir después. Labute sí que sabe lo que es ser discriminado por obesidad. Y yo lo sé, porque también lo viví.
Ser "El gordo" para los amigos es una cosa. De hecho, hoy, con varios kilos menos (fruto de una constancia de la que hasta yome sorprendo y de una meta mucho más grande que la de verme bien para mí mismo) me siguen llamando así muchas de las personas que quiero muchísimo. Pero ser "el gordo" para el resto de la gente, y sobre todo a tus espaldas, es muy feo.
Y, ojo, estoy poniendo a la gordura casi por antonomasia.
Sumado al bajón de haber vivido, como un fantasma escondido en las sombras de una charla de flacos sobre gordos, la crueldad extrema desde el otro lado (yo nunca tuve la posibilidad de escuchar cuando los flacos lindos hablaban de mi), haciendo zapping con Palla el día siguiente después de ver la obra, reparamos en un paupérrimo programa de Utilísima llamado "Chiqui look". En esa monstrousidad de show televisivo, un grupo de chicas y chicos fashion, se confabulan (no se me ocurre una palabra mejor para lo que hacen) para "mejorar" a alguna chica de 12 o 13 años que no esté bien vestida, o bien peinada... o lo que sea.
Pero más allá de lo que hacen estos débiles de cerebro, lo que más me indignó fue una entrevista a una de las "amigas" de la niña a la que estaban cambiándole el look (N de R: uso la palabra amiga porque es lo que se leía en el videograph del programa luego del nombre de este pequeño monstruo en potencia). Esta chica decía, casi textualmente: "No soy tan amiga de X (no recuerdo, por desgracia, el nombre de la nena a la que le cambiaban el look, aunque sí recuerdo que ella misma decía que en el colegio le decían Patito Feo *1), porque muchas veces no la invitamos a salir porque me da vergüenza cómo se viste..." ¿Cómo es que una nena de 12 años, con toda la inocencia que conlleva la edad, tiene esos pensamientos? No me queda más que pensar que sus padres son igual de cerrados. Juro por lo que quieran que deseo que esa nena se quede así petisita mientras que Patito feo a los 19 explote y sea una bomba sexual.
El gusto amargo que me dejan estas cosas se compara casi con nada. Uno siente esas cosas de otra manera. Poca gente linda va a llegar a comprender el sentimiento de un gordo, o de un feo.
Es muy difícil ser empático con lo que nunca se vivió.
La obra de Labute es muy buena. Está pensada como una comedia. Es más, me reí mucho. Pero en el medio de la obra me puse a pensar: "¿cómo es esto? ¿De qué me estoy riendo?" Y la respuesta llegó de la manera más cruda: te estás riendo de vos mismo. Estás riéndote de alguien gordo. Te reís de la crueldad que tienen estos chicos lindos y de cómo se ríen a las espaldas de la pobre gorda.
Yo me sigo sintiendo como antes. Muchas veces, se me da por pensar que soy un gordo disfrazado de flaco. Sigo haciendo cosas de gordo (Palla es un testigo paciente de esto). Me sigue doliendo que le digan gordo a alguien despectivamente. Sigo sintiendo la crueldad a flor de piel.
Algún día, el mundo entenderá a "El Principito" y su ya famoso (y casi mítico) "Lo esencial es invisible a los ojos".
Cuánta verdad. Cuánto nos falta a los seres humanos para ser inteligentes.


*1: Gracias Tinelli! Tu tristísimo Patito Feo le va a arruinar la vida a miles de preadolescentes que no se sientan lindos. Otro aporte tuyo más al bienestar de nuestra sociedad

1 comentario:

Palla dijo...

La estupidez y la maldad de la gente, es irrefrenable.
Yo jamas fui gorda...solo una vez llegue a pesar 63 Kg, y midiendo 1,74 no es nada terrible. Pero, pesando 63 kg, en varios negocios me miraron de arriba a abajo para decirme: ¨No..no tenemos de tu talle¨.
Tambien tuve que bancar palabras boludas por ser tan flaca (ando entre los 53, 55) odio con toda el alma los apodos: Olivia, esparrago, junco, alga, jirafa y cuanta boludez se les cruza por la cabeza para nombrar lo que ya tiene nombre.
Pero, bueno...
Te amo mucho.
Y estoy orgullosa de vos y tu esfuerzo.