martes, 25 de marzo de 2008

Las Aristas de la Naranja

Gran parte de mi vida (en realidad, hasta hace muy poco) me sentí una persona extraña, fuera de los grupos normales, fuera de lo que la gente llama "común". Siempre me sentí como una naranja cuadrada en un cajón de naranjas redondas y comunes, que cumplían perfectamente con los stándares de todo. Y yo ahí, tratando de limar todo lo posible mis aristas, como para encajar, para ser uno más entre todos. Pero no: No podía. A mí me gustaban otras cosas, otros mundos. Y me siguen gustando.
Poco a poco mis amigos más antiguos se fueron distanciando de mí, y yo de ellos. Pero no por nada: por lo menos de mi parte, el sentimiento hacia ellos sigue siendo el mismo. Solamente, no disfrutamos de las mismas cosas.
Hace un par de días, charlábamos con Palla y Kadysha (alguien que valió la pena conocer). Y ellas comentaban que, en su primaria, siempre eran las raras, porque eran distintas, porque leían, por esto, por lo otro, por h y por b. Y yo pensaba, que lo maravilloso de la amistad es que no es impuesta. Uno elige a los amigos: por afinidad, por compatibilidad... por lo que sea.
Entonces, últimamente decidí que no soy una naranja standard, sino que me encanta ser una naranja cuadrada, y empecé a juntarme con otras naranjas cuyas aristas son más parecidas a las mías, para reirnos de las mismas cosas, para preocuparnos de las mismas cosas. Pero sin discriminar a las naranjas redondas. Ellas saben lo que hacen. Nosotros, sólo encajamos perfectamente.

No hay comentarios: