miércoles, 18 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
Frase simpson de hoy
Bart: Ey, Abuelo, necesitamos saber tu primer nombre
Abe Simpson: ESTAN HACIENDO MI LAPIDA!
(uno de los grandes personajes secundarios de The Simpsons)
Abe Simpson: ESTAN HACIENDO MI LAPIDA!
(uno de los grandes personajes secundarios de The Simpsons)
jueves, 29 de julio de 2010
Frase simpson de hoy
Homero: "Siempre me he preguntado si existe Dios. Y ahora sé que sí.... SOY YO"
Homero el Grande...
Homero el Grande...
miércoles, 28 de julio de 2010
Frase simpson de hoy
Homero: (...) Además, cada vez que aprendo algo nuevo, empuja algo viejo de mi cabeza. Recuerdas cuando tomé ese curso de vinos caseros y se me olvidó conducir?
Marge: Eso es porque estabas borracho!
Homero: Ay, qué rico...
Marge: Eso es porque estabas borracho!
Homero: Ay, qué rico...
miércoles, 26 de mayo de 2010
Del Bicentenario y el casamiento gay
En casa, durante mi niñez, nunca sobro la plata. No es que éramos pobres, pero la plata no sobraba. Entonces, ir al cine y posteriormente a Pumper Nic por una hamburguesa con mi vieja era algo inusual. Así y todo, ciertas veces lo hacíamos.
Recuerdo que una vez (yo no tendría más de ocho años), estábamos por el centro empezando a comer cuando se acercó a nuestra mesa un chico de no más de 5 años. Sucio, andrajozo, con carita de hambre. Vino a pedirle plata a mi mamá. Ella, sin pensarlo, le ofreció, en lugar del dinero solicitado, comprarle algo de comer; él no aceptó, se dio media vuelta y siguió pidiendo en las demás mesas.
Yo, que era un ingenuo (aún más que ahora, cosa difícil de creer), miré a mi mamá incrédulo: ¿Cómo podía ser que no le diera aunque sea unas monedas? ¿Cómo se podía ser tan insensible?
La indigencia ya existía en nuestro país, pero no era tan visible y cotidiana como ahora, que vemos cada dos pasos alguien en esa condición. Este es, probablemente, el primer chico que vivía en la calle del que tengo memoria.
Mi madre entonces comenzó a explicarme que ella no había obrado mal, por más que yo pensara lo contrario, y que le había ofrecido comida en lugar de dinero, porque seguramente lo que tenía era hambre. Yo seguía incrédulo. De repente, alguien, una mujer, que estaba en la mesa contigua a la nuestra, se sumó a mi mamá, diciendo que ella había visto en la esquina a la madre de ese mismo chico, sentada, esperando que él le llevara las monedas que había podido recolectar.
La madre lo mandaba a "trabajar", y él no podía aceptar comida en lugar de dinero, por más que su estómago pensara distinto. Su madre, su propia progenitora, lo obligaba a llevar dinero a ella, antes que comida a su estómago.
Entonces, mi incredulidad (aún pequeño como era) cambió de destinatario. Ahora no entendía cómo era posible que una madre hiciera eso con un hijo... o con dos, o con los que tuviera.
Aún hoy, 25 años después, sigo sin entenderlo.
Hoy nuestra patria, este querido país que tanto amo, acaba de cumplir 200 años. Y se dió un buen paso en esto de ser un país más avanzado o más tolerante. Tarde pero seguro (como parece ser el lema que debería figurar en nuestro escudo junto, tal vez, con el Springfieldiano "Corruptus in extremis") la Argentina debatió y aprobó el cambio en la ley del matrimonio. Por fin se acepta algo que debería haberse aceptado hace muchos años: Que el matrimonio debe ser entre dos personas que se aman, sin importar el sexo de las mismas. Y una parte sustancial dentro del debate de ese cambio de ley, es el tema de la adopción.
Lamentablemente, en estos días pude ver muchísimas opiniones que atrasan, por lo menos 50 años. Sacando el tema de los que opinaban en contra del matrimonio gay (como si la ley los obligara a inmediatamente volverse homosexuales a ellos y salir corriendo a casarse con alguien de su mismo sexo), vi que muchísima gente que opone rotunda y fervorosamente a que un matrimonio gay adopte a un niño. ¿Sus argumentos? Hay de todo tipo. Existen los que dicen que el derecho universal del niño es tener una familia, y que una familia es "mamá-papá"; los que aseguran que un chico criado por dos personas del mismo sexo generará conflictos. O que sufrirá mucho en la escuela, en las reuniones de padres, etcétera.
Hasta llegué a escuchar que "los terremotos de Haití y Chile es un castigo de Dios por los pecados que se están cometiendo en la Tierra, entre los cuales se encuentra la homosexualida (sic)"
Entonces, me vino a la cabeza el episodio del Pumper de hace 25 años. Y pensé "Ese chico, que estaba pidiendo limosnas desde los 5 años (o menos) ¿no generó conflictos? ¿No se sintió nunca discriminado? Ese chico ni siquiera tuvo escuela, ni reuniones de padres. Ese chico estaba apartado de la vista de Dios, aún cuando tuvo "mamá y papá".
Escuché también por ahí que era "condenarlo" (a este chico criado por una pareja homosexual) a convertirse en homosexual él también. Y me llamó la atención esta afirmación. Porque, me parece, siguiendo esa línea de pensamiento, no deberían existir los homosexuales ¿no? Digo... todo homosexual nación de una pareja hetero... creo, digo yo, que ya no estoy seguro de nada.
Después, me puse a pensar en cómo sería eso de un chico adoptado por una pareja homosexual cuando fuera éste a la escuela. Y me acordé de cuando YO (heterosexual) iba a estudiar. Y de cómo siempre te cargaban. Por ser alto, bajo, flaco, gordo, pelilargo, pelado... Los chicos siempre encuentran algo con qué molestar. Aunque más no sea, por ser el "traga" del curso.
Y también me parece que, una vez que se apruebe la modificación de la ley y las parejas gay puedan adoptar (sí, estoy haciendo un poco de futurología, pero confío ciegamente en que nuestros gobernantes van a modificar de una buena vez este punto a favor de la adopción), van a pasar por lo menos cuatro o cinco años hasta que los chicos adoptados estén en edad escolar, y para ese entonces, sus compañeros de clase ya van a tener incorporado que existen parejas gays, y que puede ser que un compañero tenga dos mamás, o dos papás, y que eso no implica que sea algo malo.
Los chicos hoy, así como ese chico del Pumper, están discriminados, faltos de amor, faltos de posibilidades, aún cuando tienen padres heterosexuales. Esos núcleos familiares "ideales" que tanto pregonan, son los que maltratan, violan y matan a sus hijos.
José "Pepe" Cibrian, pedía a gritos en un programa de televisión que le dejen adoptar a él y a su pareja (gay) a uno, dos o cinco chicos. Él puede darles todas las posibilidades que no tiene un chico de la calle, ya que seguro que plata no le falta. Y les sobra amor. El primer derecho implícito de un chico. Así como él y su pareja, seguramente millones de chicos que hoy no tienen nada, tendrían todo, empezando por oportunidades, de modificarse esa puta (ja!) ley.
Ojalá hoy, dentro de todos estos festejos de los 200 años del país, entre tanta algarabía y tantos pedidos de hermandad y unión, aquellas personas que siguen pensando (como en 1810, quizá) que un matrimonio gay no debe adoptar, abran sus mentes y sus corazones, y entren en razon.
No podemos discutir con el amor. Vamos a perder siempre...
Demostremos que podemos ser un país de avanzada. Empecemos por avanzar.
¿200 años no es nada?
miércoles, 21 de abril de 2010
Noite

A veces soy un hombre roto con el corazón entero. Y muchas otras veces viceversa. Cuando camino las calles solitarias de la noche, con este abrigo de estrellas tuertas encima, siento como si todos los días fueran iguales, y el descanso me gambeteara una y otra vez.
Cuando destilo las ideas, la inevitabilidad de saberme preso en esta piel, me cachetea con mi realidad y me avisa que, indefectiblemente, este soy yo. Y nada más.
Toda mi vida brindé clandestinidad a mi forma de ser, pero la rebelión viene por dentro y se muestra, paradójicamente, en el fondo de los ojos.
Anduve descalzo, caminé de la mano. Alguna que otra vez me llevaron en andas, y miles de oportunidades me sacaron en camilla. Perdí millones de batallas, y terminé por ganar la guerra.
Por las noches, suelo soñar inconcluso, como escondiéndome de mis temores o, quizá (todavía no lo sé bien) sea precisamente porque me enfrento a ellos. Sueño ser un actor sin guión, con la boca seca de frases, buscando ciegamente un apuntador sin llegar a encontrarlo. Y entonces caigo en la imposibilidad, en la tiranía, en la anarquía de alma. Y empiezo a errar sintaxis y no entiendo de morfologías. Las palabras ya no ruedan como antes, y el pecho duro, asmático, empieza a ceder.
Soy un vagabundo en este mundo de estrellas. Soy el miedo a no ser. Soy la insoportable certeza de entender las soledades ajenas y saber que no pueden solucionarse.
El mundo antes parecía moverse con otra síncopa. El ritmo de los sonidos ha cambiado tanto, que ya no entiendo ni siquiera el ruido blanco que llena el vacío de tus caricias. Y dejo besos en tu piel por las noches insomnes, deseando que ese mundo onírico en el que estás no te deje venir para este lado, a sufrir conmigo las sombras sin luces, los ecos de una noche lejana que nos envuelve.
No entiendo las horas, los cambios y las barbaridades cotidianas. Me pierdo constantemente en este mudo devenir de mis actos.
Siempre fui devoto de la suerte, pero hace mucho que no la practico. Tal vez sea hora de comulgar.
Cuando destilo las ideas, la inevitabilidad de saberme preso en esta piel, me cachetea con mi realidad y me avisa que, indefectiblemente, este soy yo. Y nada más.
Toda mi vida brindé clandestinidad a mi forma de ser, pero la rebelión viene por dentro y se muestra, paradójicamente, en el fondo de los ojos.
Anduve descalzo, caminé de la mano. Alguna que otra vez me llevaron en andas, y miles de oportunidades me sacaron en camilla. Perdí millones de batallas, y terminé por ganar la guerra.
Por las noches, suelo soñar inconcluso, como escondiéndome de mis temores o, quizá (todavía no lo sé bien) sea precisamente porque me enfrento a ellos. Sueño ser un actor sin guión, con la boca seca de frases, buscando ciegamente un apuntador sin llegar a encontrarlo. Y entonces caigo en la imposibilidad, en la tiranía, en la anarquía de alma. Y empiezo a errar sintaxis y no entiendo de morfologías. Las palabras ya no ruedan como antes, y el pecho duro, asmático, empieza a ceder.
Soy un vagabundo en este mundo de estrellas. Soy el miedo a no ser. Soy la insoportable certeza de entender las soledades ajenas y saber que no pueden solucionarse.
El mundo antes parecía moverse con otra síncopa. El ritmo de los sonidos ha cambiado tanto, que ya no entiendo ni siquiera el ruido blanco que llena el vacío de tus caricias. Y dejo besos en tu piel por las noches insomnes, deseando que ese mundo onírico en el que estás no te deje venir para este lado, a sufrir conmigo las sombras sin luces, los ecos de una noche lejana que nos envuelve.
No entiendo las horas, los cambios y las barbaridades cotidianas. Me pierdo constantemente en este mudo devenir de mis actos.
Siempre fui devoto de la suerte, pero hace mucho que no la practico. Tal vez sea hora de comulgar.
miércoles, 24 de febrero de 2010
GPS Customizado
Hace varios años, las marcas de equipos de GPS, se dieron cuenta de que (gran hallazgo!) los hombres le hacían más caso a una voz femenina que a una masculina. De ahí, que estos equipos traen una voz de mujer (generalmente, con ese acento español que tanto gusta a los argetinos) se encarga de direccionar a los hombres conductores.
A raíz de esto, los GPS también pueden "customizarse" y ponerle voces de diferentes personalidades, apelando a la libido de cada uno en particular.
Por eso mismo, desde El blog de Panito, presento mi propuesta de Customizar su GPS con las "Arrimas" de Belén Francese...
Como muestras:
Es un Servicio de Panito para la comunidad
A raíz de esto, los GPS también pueden "customizarse" y ponerle voces de diferentes personalidades, apelando a la libido de cada uno en particular.
Por eso mismo, desde El blog de Panito, presento mi propuesta de Customizar su GPS con las "Arrimas" de Belén Francese...
Como muestras:
- Qué calle estrecha, gire a la derecha
- Nos vamos a la mierda, si no gira a la izquierda
- A cada rey un cetro, gire a 200 metros
- No te estoy esperando, ya estoy redireccionando
- Eso de adelante no es un pino, es solamente su destino
Es un Servicio de Panito para la comunidad
viernes, 19 de febrero de 2010
La maldición de Mieke Schöele
Existe en el mundo una sala, en donde se encuentran ordenadas cientos de lapiceras pluma. Esas lapaiceras han escrito, cada una, miles de historias. Cada historia, a su vez, fue leída por millones de personas. No es posible precisar el número de personas que han leído cada historia, ni cuántas historias fueron escritas en realidad.
Existe la creencia (por no llamarla leyenda) de que, entre todas esas historias, está escrita una frase, sólo una, que encierra todo el conocimiento del hombre. El hombre que sepa leer e interpretar esa frase, poseerá un conocimiento total.
Según pude averiguar, muchas personas se han abocado a la tarea de rastrear esas historias, en busca de esa frase. Se han hecho muchos análisis, muchas críticas y muchas disertaciones sobre cuál frase era la que poseía estas condiciones. Sin resultados relevantes, a pesar de que muchos hayan asegurado conocer dicha frase.
Sin embargo, un estudioso sueco, Mieke Schöele, me comentó en un congreso de literatura en 1992: "El error que han tomado todos aquellos que se pusieron en busca de la frase del conocimiento, es buscarla solamente en su idioma natal. Los chinos buscaron frases chinas, los ingleses en inglés y así... Yo he abarcado mucho más. He estudiado millones de historias, y encontré un patrón en espiral que me ha llevado a deducir, casi con un 100% de seguridad, de que la frase de la sabiduría está en un párrafo de un texto en Portugués. He dedicado mi vida a esto: aprendí idiomas, dialectos y formas extrañas de comunicación. Los últimos 40 años de mi existencia se me fueron en esta tarea. Pero no me arrepiento de nada. Estoy a sólo una página del descubrimiento más grande de la historia de los idiomas"
Quedamos en comunicarnos un año más tarde, para ver si había encontrado la frase y, lo que es más difícil aún, la había podido interpretar como es debido, y nos despedimos, ya que yo tenía que asistir a otro congreso en Lisboa.
Grande fue mi sorpresa cuando, un mes después, recibí un llamado desde Suecia. Mieke Schöele se había suicidado la semana anterior, y me había legado un libro. Los familiares se ponían en contacto conmigo para entregármelo.
El libro estaba en portugués, y en muy malas condiciones. En la primera hoja, de puño y letra de Schöele, un mensaje escueto hacia mí, a quién nombraba por mi Nombre de Pila: "Te he ahorrado la mitad de tu vida, pero me temo que estoy a punto de hechar una maldición a la otra mitad. Sólo debes encontrar un párrafo".
Todavía no pude hacerlo...
Hoy te lego mi libro en portugués a tí. Y te recomiendo leer la página 43. Aún así, tu vida empieza a estar maldita desde ahora.
Existe la creencia (por no llamarla leyenda) de que, entre todas esas historias, está escrita una frase, sólo una, que encierra todo el conocimiento del hombre. El hombre que sepa leer e interpretar esa frase, poseerá un conocimiento total.
Según pude averiguar, muchas personas se han abocado a la tarea de rastrear esas historias, en busca de esa frase. Se han hecho muchos análisis, muchas críticas y muchas disertaciones sobre cuál frase era la que poseía estas condiciones. Sin resultados relevantes, a pesar de que muchos hayan asegurado conocer dicha frase.
Sin embargo, un estudioso sueco, Mieke Schöele, me comentó en un congreso de literatura en 1992: "El error que han tomado todos aquellos que se pusieron en busca de la frase del conocimiento, es buscarla solamente en su idioma natal. Los chinos buscaron frases chinas, los ingleses en inglés y así... Yo he abarcado mucho más. He estudiado millones de historias, y encontré un patrón en espiral que me ha llevado a deducir, casi con un 100% de seguridad, de que la frase de la sabiduría está en un párrafo de un texto en Portugués. He dedicado mi vida a esto: aprendí idiomas, dialectos y formas extrañas de comunicación. Los últimos 40 años de mi existencia se me fueron en esta tarea. Pero no me arrepiento de nada. Estoy a sólo una página del descubrimiento más grande de la historia de los idiomas"
Quedamos en comunicarnos un año más tarde, para ver si había encontrado la frase y, lo que es más difícil aún, la había podido interpretar como es debido, y nos despedimos, ya que yo tenía que asistir a otro congreso en Lisboa.
Grande fue mi sorpresa cuando, un mes después, recibí un llamado desde Suecia. Mieke Schöele se había suicidado la semana anterior, y me había legado un libro. Los familiares se ponían en contacto conmigo para entregármelo.
El libro estaba en portugués, y en muy malas condiciones. En la primera hoja, de puño y letra de Schöele, un mensaje escueto hacia mí, a quién nombraba por mi Nombre de Pila: "Te he ahorrado la mitad de tu vida, pero me temo que estoy a punto de hechar una maldición a la otra mitad. Sólo debes encontrar un párrafo".
Todavía no pude hacerlo...
Hoy te lego mi libro en portugués a tí. Y te recomiendo leer la página 43. Aún así, tu vida empieza a estar maldita desde ahora.
martes, 12 de enero de 2010
Requiem autorecitado
Si alguien alguna vez encuentra estas palabras, quiere decir que estoy muerto desde hace rato, fusilado por esa luz seguidora que no deja en paz a un alma en sombras.
Si alguien se interesa por seguir leyendo esto, deberá saber que este no es un escrito con pretenciones de póstumo, sino más bien una especie de escape de la realidad, de esta vida que dejé en el umbral hace rato junto a mi disfraz.
Ya no importan mis sueños. En mis sueños corro por piedras blancas, y me caigo tantas veces como me levante. Las caídas son leves muchas veces, y otras son profundas, cayendo en grietas insondables, negras, indescriptibles.
He muerto miles de veces fusilado a sus pies, pero nunca tanto como hoy. He sido feliz, y he sufrido inmensamente por esa misma felicidad.
Fui preso y salí en libertad. Estoy en libertad perpetua.
Me vine abajo desde la cima.
He sido. Y sigo siendo
Alguna vez, volveré a ser.
Ahora caminaré en soledad por la noche, saltando charcos de luz. Quizá algún perro solitario beba de mis ojos, y mi mirada vuelva a ser melancólica como antes.
Voy a rodar lejos de la puesta del sol, y a enfrentarme a esas olas de arena oscura.
Soy ahora. Y seré mañana.
No fui luz, ni energía. Ni costa segura en marejadas eternas. No idealizo, y pido que no me idealicen.
He sido.
Sigo siendo...
y volveré a ser
Si alguien se interesa por seguir leyendo esto, deberá saber que este no es un escrito con pretenciones de póstumo, sino más bien una especie de escape de la realidad, de esta vida que dejé en el umbral hace rato junto a mi disfraz.
Ya no importan mis sueños. En mis sueños corro por piedras blancas, y me caigo tantas veces como me levante. Las caídas son leves muchas veces, y otras son profundas, cayendo en grietas insondables, negras, indescriptibles.
He muerto miles de veces fusilado a sus pies, pero nunca tanto como hoy. He sido feliz, y he sufrido inmensamente por esa misma felicidad.
Fui preso y salí en libertad. Estoy en libertad perpetua.
Me vine abajo desde la cima.
He sido. Y sigo siendo
Alguna vez, volveré a ser.
Ahora caminaré en soledad por la noche, saltando charcos de luz. Quizá algún perro solitario beba de mis ojos, y mi mirada vuelva a ser melancólica como antes.
Voy a rodar lejos de la puesta del sol, y a enfrentarme a esas olas de arena oscura.
Soy ahora. Y seré mañana.
No fui luz, ni energía. Ni costa segura en marejadas eternas. No idealizo, y pido que no me idealicen.
He sido.
Sigo siendo...
y volveré a ser
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