1 -) Viviana es una mujer hermosa. O quizá no, vaya uno a saber. Lo cierto es que los hombres mueren por ella. Sabe que a sus espaldas, cuando pasa contoneando sus curvas, deslizando sus largas piernas o ventilando esos vestidos que tan bien le marcan su cintura, los hombres hablan de ella.
Viviana -Vivi, para los más íntimos (que cada vez parecen ser más)- trabaja en un lugar en donde es el centro de atención. No es la única mujer, pero es la más llamativa.
Sabe bien dentro de sí, que puede conseguir lo que sea de los hombres; sin embargo, sólo un par de veces se aprovechó de esto para alguna cosa menor.
Y también sabe todo lo que se dice sin que ella lo escuche: esas historias vanas de sus supuestos amoríos con tal o cual.
Vivi es la más solicitada para hablar. En donde quiera que esté, las miradas, las palabras, los gestos ocultos que pretenden complicidad, todo está destinado a ella. Y ella deja hacer. Con cada uno que habla, ya sea un gerente o un cadete, ella demuestra un buen ánimo. Se permite hacer chistes, invitando muchísimas veces al doble sentido. Se deja elogiar la ropa, el pelo, el cuerpo.
Todo el mundo en la empresa sabe que ella tiene miles de hombres a sus pies. Y que, seguramente, su cama no huele dos veces al mismo aftershave.
2 -) Viviana sale de su empresa dejando besos en el aire y suspiros de parte de todos.
Sube a su auto y rumbea a su departamento, escuchando, seguramente, algo de Alanis Morissette, o de Madonna mientras maneja.
Llega a su departamento, que está completamente cerrado y a oscuras. Cansada de su trabajo de Diosa, deja su cartera en el sillón del living, y lleva los zapatos de taco a su dormitorio. Cuando sale de su cuarto, está en jogging, con una remera larga y algo raída por el tiempo, olvido del único hombre que supo estar a su lado y acompañarla.
Prende la televisión sin mirarla realmente, y va a la cocina. Hoy no hay gimnasio, pero tampoco hay ganas de cocinar. No para ella sola. Calienta agua, y en una taza grande se preparara una sopa instantánea -light- y vuelve al sillón, a sentarse con las piernas cruzadas al lado de su cartera.
No hay nada en el cable, y por eso pone un DVD de alguna vieja Temporada de Sex and the City.
Ríe un poco. Llora mucho más.
Cuando termina su cena, deja la taza en la bacha de la cocina. Tampoco hay ganas de lavar ahora.
Se quita el maquillaje y se lava sus dientes, mientras los pómulos se deshinchan después de haber llorado.
Se va a dormir, su cama está tan fría como su departamento.
Mañana, volverá a ser una Diosa. Por lo menos, de 9 a 5.
4 comentarios:
Volvio Panito!!!!!
alabado sea el santisimo...
Un abrazo mosssstro.
Ishbin, el bueno
mmm...y si en vez de jugar a ser una diosa, se conforma con vivir siendo humildemente solo una mujer...? por ahi le va mejor.
Por ahí no es un juego, o no es su voluntad... Quizá los demás la elevan a eso.
la verdad, no lo se
y bue....se ve que le gusta, sino lo evitaria...no se...pena no me da...es la tipica, que ademas de ser diosa de 9 a 17, y patetica de 17.01 a 8.59...le gusta contar para que sientan pena/afecto por ella. Y le dio resultado, of course.
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