Gira... corre de un lado al otro. Se golpea.
El tiempo es rápido, pero él lo es más. Parpadea, aplaude transpira.
Emite ruidos guturales. Esos ruidos primitivos, antiquísimos, salvajes.
Se tapa los oídos, se desgarra la piel con las manos. Se gasta las uñas en los brazos. Se fulmina.
La habitación no logra contenerlo. Él, testigo silencioso de los juegos absurdos de un Dios cansado de saberlo todo, se conforma simplemente con moverse así, como ahora, con toda la velocidad que le permitan sus miembros.
Mira su sombra: fiel contorno reflejado de ausencia de luz. Sabe que no es de allí, él pertence a otro lado. Sin embargo, las paredes (y su propia piel) le hacen ver lo contrario: en este momento, en este preciso instante, él está aquí, tan aquí como su sangre, salpicada en el piso y las paredes.
Nubla los ojos, se debate. Siente cómo los pelos de la nuca se levantan, cómo se le eriza la piel. Siente el frío temblor de sus muslos, y el sudor producto de sus movimientos.
Llora.
Irremediablemente, su destino es moverse. Y permanecer en el mismo lugar
viernes, 29 de agosto de 2008
Pregunta del día N° 18
¿Papa Noel es El Viejo de la Bolsa durante el resto del año?
Digo... como sólo trabaja en Navidad...
Digo... como sólo trabaja en Navidad...
Besos y abrazos...
En Argentina se usa desde hace bastante, que tanto hombres como mujeres se saluden entre sí con un beso.
Otras culturas, otros países, ven en esto algo pseudo-homosexual. Para el argentino, el saludarse con un beso es algo de lo más natural: Somos mucho más apegados a los amigos, a los compañeros. Somos más demostrativos, exteriorizamos más...
Recuerdo cuando recién empezaba esto de que los argentinos se saluden con un beso, que en los partidos de fútbol internacionales, las hinchadas rivales cargaban a los jugadores argentinos que se saludaban así ante un cambio, o al final de un partido.
Sinceramente, ésta actitud está tan arraigada acá, que ya ni nos damos cuenta, ni nos molesta, ni nos parece para nada homosexual.
Sin embargo, hoy por la mañana algo me resultó raro, incómodo.
Fui hasta el baño a lavar mi mate para arrancar la mañana. Ya dentro del baño me encontré con alguien más, en el sector de las bachas, mientras él se lavaba las manos, y yo lavaba mi mate.
Lo que sigue, es lo que resultó raro, y que imagino, alguien de otro país miraría espantadísimo:
Entraron dos personas más y, como no las habíamos visto, nos saludamos. De repente, éramos cuatro hombres saludándonos con besos dentro del baño de caballeros...
No sé. Me pareció algo muy loco.
Otras culturas, otros países, ven en esto algo pseudo-homosexual. Para el argentino, el saludarse con un beso es algo de lo más natural: Somos mucho más apegados a los amigos, a los compañeros. Somos más demostrativos, exteriorizamos más...
Recuerdo cuando recién empezaba esto de que los argentinos se saluden con un beso, que en los partidos de fútbol internacionales, las hinchadas rivales cargaban a los jugadores argentinos que se saludaban así ante un cambio, o al final de un partido.
Sinceramente, ésta actitud está tan arraigada acá, que ya ni nos damos cuenta, ni nos molesta, ni nos parece para nada homosexual.
Sin embargo, hoy por la mañana algo me resultó raro, incómodo.
Fui hasta el baño a lavar mi mate para arrancar la mañana. Ya dentro del baño me encontré con alguien más, en el sector de las bachas, mientras él se lavaba las manos, y yo lavaba mi mate.
Lo que sigue, es lo que resultó raro, y que imagino, alguien de otro país miraría espantadísimo:
Entraron dos personas más y, como no las habíamos visto, nos saludamos. De repente, éramos cuatro hombres saludándonos con besos dentro del baño de caballeros...
No sé. Me pareció algo muy loco.
jueves, 28 de agosto de 2008
Emancipezación
En la oficina tenemos una pecera, con seis peces.
Hace dos o tres días, uno de ellos (Quevedo, que así se llama) empezó a no nadar más, y se "encallaba" en el fondo, y se quedaba ahí, como deprimido.
Para que no apeste a los demás peces, ante la posibilidad de que tenga algo malo, lo sacamos de la pecera y lo dejamos en un frasco con agua y un poquito de comida. Esto fue ayer a la tarde.
Hoy llegué a la mañana, y estaba nadando como si no tuviera nada.
Para mí que se quería ir a vivir solo. ¿Necesitaría su propio espacio?
Hace dos o tres días, uno de ellos (Quevedo, que así se llama) empezó a no nadar más, y se "encallaba" en el fondo, y se quedaba ahí, como deprimido.
Para que no apeste a los demás peces, ante la posibilidad de que tenga algo malo, lo sacamos de la pecera y lo dejamos en un frasco con agua y un poquito de comida. Esto fue ayer a la tarde.
Hoy llegué a la mañana, y estaba nadando como si no tuviera nada.
Para mí que se quería ir a vivir solo. ¿Necesitaría su propio espacio?
Memento Musical
Desde que me desperté hoy estoy cantando "Bajo la rambla", y encima la versión de Los Perros (como si canturrear la versión de Bruce Willis fuera mejor).
No sé de dónde la saqué. No la escuché en ningún lugar, no soñé con estar en la rambla y detesto Mar del Plata.
¿Por qué será que siempre se nos pegan esas canciones pedorras? Porque, ok, ponele que esté bueno escuchar eso en alguna situación... pero ¿todo el día? ¿No es como una tortura inconciente?
Suelen pegarse esas canciones que jamás cantaríamos a viva voz estando solos. Nunca se me pega una canción de los Beatles. Siempre es algo así.
Tal vez sea la forma en que tiene el cuerpo de asquearnos de ellas como para que no queramos escucharlas o cantarlas nunca más (algo así como darle de fumar un cartón de cigarrillos de corrido a tu hijo si lo encontrás fumando).
Pero, mientras tanto, es muy molesto.
Y ahora me voy
Me encuentro soooloooo, sin un amooooooor / me encuentro sooolooooo, bajo la rambla estooooy...
No sé de dónde la saqué. No la escuché en ningún lugar, no soñé con estar en la rambla y detesto Mar del Plata.
¿Por qué será que siempre se nos pegan esas canciones pedorras? Porque, ok, ponele que esté bueno escuchar eso en alguna situación... pero ¿todo el día? ¿No es como una tortura inconciente?
Suelen pegarse esas canciones que jamás cantaríamos a viva voz estando solos. Nunca se me pega una canción de los Beatles. Siempre es algo así.
Tal vez sea la forma en que tiene el cuerpo de asquearnos de ellas como para que no queramos escucharlas o cantarlas nunca más (algo así como darle de fumar un cartón de cigarrillos de corrido a tu hijo si lo encontrás fumando).
Pero, mientras tanto, es muy molesto.
Y ahora me voy
Me encuentro soooloooo, sin un amooooooor / me encuentro sooolooooo, bajo la rambla estooooy...
miércoles, 27 de agosto de 2008
Ao Vivo
Charlando un poco con Kadysha hoy mencionó la frase "gente que hace playback en la vida real".
Creo que ella lo decía por otra cosa, pero me hice disparar hacia el lado de la gente que realmente tiene un personaje grabado previamente, y se limita a, en la vida real, ir pasando de un track a otro sin ponerse a pensar siquiera si la grabación condice a la conversación actual.
Creo que todos, en algún momento, hicimos playback de nuestra vida. Porque sencillamente, en muchas situaciones es mucho más fácil o más políticamente correcto el recurrir a frases hechas, lugares comunes y a respuestas que no nos comprometan.
La cuestión es cuando ese playback es un disco eterno. Como un loop que se repite hasta el infinito, nuestro disco grabado nos llena la vida sin permitirnos vivirla en vivo y en directo. Y eso es malísimo.
Por eso, es mucho mejor el show en vivo. Vivir la vida improvisando de vez en cuando no está mal (Obviamente, ser un improvisado también es horrible, ambos extremos son aborrecibles). Pero que la gente sepa qué es lo que vas a decir en toda situación, te convierte en una persona muy poco interesante.
Y para ese tipo de personas, ya tenemos la televisión.
Propongo definitivamente destruir los discos de nuestros personajes, y desafinar en vivo, pero con honradez.
Creo que ella lo decía por otra cosa, pero me hice disparar hacia el lado de la gente que realmente tiene un personaje grabado previamente, y se limita a, en la vida real, ir pasando de un track a otro sin ponerse a pensar siquiera si la grabación condice a la conversación actual.
Creo que todos, en algún momento, hicimos playback de nuestra vida. Porque sencillamente, en muchas situaciones es mucho más fácil o más políticamente correcto el recurrir a frases hechas, lugares comunes y a respuestas que no nos comprometan.
La cuestión es cuando ese playback es un disco eterno. Como un loop que se repite hasta el infinito, nuestro disco grabado nos llena la vida sin permitirnos vivirla en vivo y en directo. Y eso es malísimo.
Por eso, es mucho mejor el show en vivo. Vivir la vida improvisando de vez en cuando no está mal (Obviamente, ser un improvisado también es horrible, ambos extremos son aborrecibles). Pero que la gente sepa qué es lo que vas a decir en toda situación, te convierte en una persona muy poco interesante.
Y para ese tipo de personas, ya tenemos la televisión.
Propongo definitivamente destruir los discos de nuestros personajes, y desafinar en vivo, pero con honradez.
Un desperdicio...
En el español, sólo hay dos palabras que terminan en "ñía".
Y tengo muy pocas oportunidades de usar "Hurañía"...
Y tengo muy pocas oportunidades de usar "Hurañía"...
martes, 26 de agosto de 2008
Pregunta del día N° 17
¿Por qué será que las mujeres cuando se sienten tristes o abandonadas ponen música triste o de abandono?
Digo ¿no? Porque si estás deprimido, no pongas a Ismael Serrano, porque lo único que te falta es el revólver cerca...
Sería mucho más productivo poner algo bien arriba, como Los Auténticos Decadentes o algo así...
Bah... no sé. Me parece.
Yo no pondría un tango si me dejó mi mujer, se murió mi vieja y me abandonó mi perro...
¿Y uds?
Digo ¿no? Porque si estás deprimido, no pongas a Ismael Serrano, porque lo único que te falta es el revólver cerca...
Sería mucho más productivo poner algo bien arriba, como Los Auténticos Decadentes o algo así...
Bah... no sé. Me parece.
Yo no pondría un tango si me dejó mi mujer, se murió mi vieja y me abandonó mi perro...
¿Y uds?
miércoles, 20 de agosto de 2008
Panito was there
Odio infinitamente, pero como casi nunca odié a algo que no me haya hecho algo a propósito, la publicidad de una conocida marca de gaseosa (sí, la cola más vendida del mundo) en la que una chica apuesta con otras a que le da un beso a la oruga (un chico no lindo) si la gaseosa sin azúcar tiene el mismo gusto que la que sí tiene azúcar.
¿Sabrá la gente linda que se hace rica vendiendo este tipo de ideas lo traumático que es para la oruga (en este caso) pasar por esa situación? ¿Se darán cuenta de que esta lindocracia en la vivimos es una mierda para la gente que no está dentro de esa elite de belleza tan mentada que nos venden los medios?
¿O es que son tan débiles de cerebro como para no darse cuenta de la crueldad de su hermosa publicidad?
Mátense.
Estoy pensando seriamente en no consumir más de esa gaseosa.
¿Sabrá la gente linda que se hace rica vendiendo este tipo de ideas lo traumático que es para la oruga (en este caso) pasar por esa situación? ¿Se darán cuenta de que esta lindocracia en la vivimos es una mierda para la gente que no está dentro de esa elite de belleza tan mentada que nos venden los medios?
¿O es que son tan débiles de cerebro como para no darse cuenta de la crueldad de su hermosa publicidad?
Mátense.
Estoy pensando seriamente en no consumir más de esa gaseosa.
Etiquetas:
Cosas de mi vida,
Declaración de Principios,
Gustos y disgustos
miércoles, 13 de agosto de 2008
Sí sos vos... yo te conozco!
Los momentos críticos de una relación están marcados, casi indefectiblemente, por palabras crueles. Todos decimos cosas todo el tiempo, pero en esos momentos, pensándolas o no, sabiendo su connotación o no, decimos cosas completamente hirientes.
De todas esas, hasta ayer, hasta un post de Lady Mermeladita, pensaba que la peor de todas las frases que le podemos decir a alguien a quien le tengamos cariño, afecto o incluso amor, era la famosa: "No sos vos, soy yo".
¡Qué cruel me parece esa frase". Porque nunca soy sólo yo. Siempre sos vos. Sos vos quien no supo hacer que te ame. Sos vos quien no supo mantenerme a tu lado. Sos vos, quien se va a quedar con todo ese amor que siente por mí en soledad, sin la parte amada, sin destinatario de suspiros...
El "no sos vos, soy yo" es algo que todos alguna vez hemos dicho, tal vez, queriendo suavizar la situación. Como queriendo usarnos a nosotros mismos de chivo expiatorio, como un último manotazo de ahogado para no herir más a esa persona que alguna vez amamos.
Pero no.
Si lo analizamos bien, es preferible no dar ese último mimo. No acariciar más, y decir, simple y directamente, que sí sos vos quien está fallando, y yo ya no puedo seguir así. Porque, de última, si YO no te amo más, el problema no es mío, sino tuyo. Vos te quedás así, en soledad, y sin perro que te ladre.
Esto era hasta ayer. Hasta ayer, yo no había pensado en una frase más cruel.
Hasta que encontré "Ya no te conozco" o su variante "ya no sé bien quién sos".
Esto es todavía más curel, más hiriente, más desalmado. Porque si no te amo más, es porque te conozco lo suficiente para saber que no sos la persona para mí. Si llegamos al punto de "No sos vos, soy yo" es porque ya nos conocemos sobremanera como para saber que ya no hay rincones en donde podamos amarnos.
Pero: ¿"Ya no te conozco"?
Es como volver al principio. Como decir que nunca pasó nada. Como volver al jardín de infantes y ver que no somos nada, y tenemos que buscar alguna excusa para conocernos, un juguete, un juego, algo.
Es volver a antes de la primera cita, del primer beso, de la primera vez que nos miramos a los ojos.
Es deshacer todo lo vivido, todo lo compartido, todo lo construido a la par.
Es la única acción que no debería pasar. Desenamorate de mí, pero por méritos míos. Desenamorate porque llegaste a conocerme tanto que sabés que no soy para vos. Pero no conocerme, es matarme de una manera muy sútil.
Amelie Nothomb, en Metafísica de los tubos, dice que un día se enoja con el hermano, y no lo nombra más. Y descubre de esa forma que sin nombrar a alguien puede hacerlo no existir. Imagínense lo que es desconocer a alguien...
Sigo buscando frases terribles para gente amada... Pero me parece que peor que esta, no va a haber...
De todas esas, hasta ayer, hasta un post de Lady Mermeladita, pensaba que la peor de todas las frases que le podemos decir a alguien a quien le tengamos cariño, afecto o incluso amor, era la famosa: "No sos vos, soy yo".
¡Qué cruel me parece esa frase". Porque nunca soy sólo yo. Siempre sos vos. Sos vos quien no supo hacer que te ame. Sos vos quien no supo mantenerme a tu lado. Sos vos, quien se va a quedar con todo ese amor que siente por mí en soledad, sin la parte amada, sin destinatario de suspiros...
El "no sos vos, soy yo" es algo que todos alguna vez hemos dicho, tal vez, queriendo suavizar la situación. Como queriendo usarnos a nosotros mismos de chivo expiatorio, como un último manotazo de ahogado para no herir más a esa persona que alguna vez amamos.
Pero no.
Si lo analizamos bien, es preferible no dar ese último mimo. No acariciar más, y decir, simple y directamente, que sí sos vos quien está fallando, y yo ya no puedo seguir así. Porque, de última, si YO no te amo más, el problema no es mío, sino tuyo. Vos te quedás así, en soledad, y sin perro que te ladre.
Esto era hasta ayer. Hasta ayer, yo no había pensado en una frase más cruel.
Hasta que encontré "Ya no te conozco" o su variante "ya no sé bien quién sos".
Esto es todavía más curel, más hiriente, más desalmado. Porque si no te amo más, es porque te conozco lo suficiente para saber que no sos la persona para mí. Si llegamos al punto de "No sos vos, soy yo" es porque ya nos conocemos sobremanera como para saber que ya no hay rincones en donde podamos amarnos.
Pero: ¿"Ya no te conozco"?
Es como volver al principio. Como decir que nunca pasó nada. Como volver al jardín de infantes y ver que no somos nada, y tenemos que buscar alguna excusa para conocernos, un juguete, un juego, algo.
Es volver a antes de la primera cita, del primer beso, de la primera vez que nos miramos a los ojos.
Es deshacer todo lo vivido, todo lo compartido, todo lo construido a la par.
Es la única acción que no debería pasar. Desenamorate de mí, pero por méritos míos. Desenamorate porque llegaste a conocerme tanto que sabés que no soy para vos. Pero no conocerme, es matarme de una manera muy sútil.
Amelie Nothomb, en Metafísica de los tubos, dice que un día se enoja con el hermano, y no lo nombra más. Y descubre de esa forma que sin nombrar a alguien puede hacerlo no existir. Imagínense lo que es desconocer a alguien...
Sigo buscando frases terribles para gente amada... Pero me parece que peor que esta, no va a haber...
martes, 12 de agosto de 2008
A veces me hago bien
Ok, admitámoslo: mi vida no es complicada. No tengo problemas físicos, no tengo problemas económicos (por lo menos no unos gaves, je), tengo al amor de mi vida a mi lado, trabajo en lo que me gusta, estoy en una banda de rock... Miles de cosas que hacen que mi vida no sea difícil de vivir.
Como se dice, nunca tuve que salir a "hombrear bolsas al puerto"; aunque cabe decir que tampoco es que el laburo me lo llevo de arriba.
Sin embargo, son pocas las veces que encuentro un lugar y un tiempo para mí solo. Siempre hay algo que hacer, o algo que ensayar, o algo que practicar... Ojo, disfruto de esas cosas. Pero no es algo que haga solo.
Por eso, quizá, sea que disfruto tanto el bañarme. Preparar la bañadera, llenarla con agua bien calentita, algunas sales (sí, mi lado metrosexual, por no seguirle la corriente a las malas lenguas), encontrar la temperatura justa y descansar bajo el agua. Todo eso hace que ese momento, así de chiquito, así de simple, sea infinitamente placentero.
Mi bañadera tiene algo de especial: cuando sumerjo la cabeza en el agua, se apagan todos los ruidos de mi departamento, pero por otro lado, se encienden ciertos ruidos de todo el resto del edificio. Algo así como lo que le pasaba a Constantine... pero sin el infierno...
Hoy, sin ir más lejos, ni bien el agua me tapó los oídos, comencé a escuchar más agua, como fluyendo. Como si una lluvia intensa se desatara debajo de mí, inasible, incontenible, pero completamente real.
Los que me conocen saben que si hay cosas que me atrapan y me obnubilan, esas son el fuego y el agua. No puedo evitar quedarme horas si es posible mirándolos. Quizá sea eso de ser constante y cambiante a la vez. De ser siempre el mismo fuego, pero nunca la misma llama; siempre el mismo mar, pero nunca la misma ola.
Entonces, hoy no sólo me relajé con el agua que me rodeaba, sino con el fluir de ese otro agua distante, vaya uno a saber de qué departamento. Ese arrullo líquido que relajaba todo lo que podía mi cuerpo cansado.
Entonces, encontré que podía hacer cosas que de no estar en el agua, no podría hacer. Comprendí que si prestaba mucha atención, podía localizar el sonido de mis latidos. Sincopados, cada vez más lentos, acompañando ese estado de paz en que me adentraba.
También noté que si quería, podía elevar el sonido de mi respiración (que se entienda, no respiraba más fuerte, simplemente, oía más mi respiración) por encima de ese sonido de latidos. O, también a voluntad, dejar los dos sonidos casi al mismo volumen, y combinar los latidos en mi pecho con el aire entrando y saliendo de mis pulmones: Cinco latidos inhalando, cinco latidos exhalando.
Así fui conciente de que tenía otro grado de dominio de mi cuerpo. Uno mucho más profundo.
Y así me entregué al simple, básico y necesario hecho de respirar.
Entonces, una vez con todo eso ya controlado, pude liberar un poco más el pensamiento, y rever todo. Y cuando digo todo, es precisamente eso...
Pude pensar en las cosas que ya logré en mi vida, en las cosas que voy a lograr, en aquellas que jamás voy a alcanzar.
Pensé en mi familia, en la que está y la que no está. Y qué orgullosos y / o decepcionados pueden estar del hombre que soy.
Pensé en mis amigos, también en los que están y los que no. Pero más en los que están, que son los que fueron quedando a través del tiempo, a base de imponer su cariño por sobre todas las demás cosas.
Pensé en mi amor, en ella, como siempre pienso. Pero no había mucho que meditar ahí: pocas veces estuve tan seguro de algo en mi vida. Sólo me basta con saberla feliz.
Pensé en olores, en sabores en gustos. En viejos paisajes conocidos, en nuevos lugares que voy a conocer. Lo mismo con los rostros y la gente nueva.
Pensé, pensé y pensé.
Entonces me ducho, como para volver al mundo (tampoco hay que abusar de los paraísos). Y me puse a escribir.
Sin sentido, como siempre. Sin ningún punto de vista, ni ninguna opinión.
Sólo por contar...
Como se dice, nunca tuve que salir a "hombrear bolsas al puerto"; aunque cabe decir que tampoco es que el laburo me lo llevo de arriba.
Sin embargo, son pocas las veces que encuentro un lugar y un tiempo para mí solo. Siempre hay algo que hacer, o algo que ensayar, o algo que practicar... Ojo, disfruto de esas cosas. Pero no es algo que haga solo.
Por eso, quizá, sea que disfruto tanto el bañarme. Preparar la bañadera, llenarla con agua bien calentita, algunas sales (sí, mi lado metrosexual, por no seguirle la corriente a las malas lenguas), encontrar la temperatura justa y descansar bajo el agua. Todo eso hace que ese momento, así de chiquito, así de simple, sea infinitamente placentero.
Mi bañadera tiene algo de especial: cuando sumerjo la cabeza en el agua, se apagan todos los ruidos de mi departamento, pero por otro lado, se encienden ciertos ruidos de todo el resto del edificio. Algo así como lo que le pasaba a Constantine... pero sin el infierno...
Hoy, sin ir más lejos, ni bien el agua me tapó los oídos, comencé a escuchar más agua, como fluyendo. Como si una lluvia intensa se desatara debajo de mí, inasible, incontenible, pero completamente real.
Los que me conocen saben que si hay cosas que me atrapan y me obnubilan, esas son el fuego y el agua. No puedo evitar quedarme horas si es posible mirándolos. Quizá sea eso de ser constante y cambiante a la vez. De ser siempre el mismo fuego, pero nunca la misma llama; siempre el mismo mar, pero nunca la misma ola.
Entonces, hoy no sólo me relajé con el agua que me rodeaba, sino con el fluir de ese otro agua distante, vaya uno a saber de qué departamento. Ese arrullo líquido que relajaba todo lo que podía mi cuerpo cansado.
Entonces, encontré que podía hacer cosas que de no estar en el agua, no podría hacer. Comprendí que si prestaba mucha atención, podía localizar el sonido de mis latidos. Sincopados, cada vez más lentos, acompañando ese estado de paz en que me adentraba.
También noté que si quería, podía elevar el sonido de mi respiración (que se entienda, no respiraba más fuerte, simplemente, oía más mi respiración) por encima de ese sonido de latidos. O, también a voluntad, dejar los dos sonidos casi al mismo volumen, y combinar los latidos en mi pecho con el aire entrando y saliendo de mis pulmones: Cinco latidos inhalando, cinco latidos exhalando.
Así fui conciente de que tenía otro grado de dominio de mi cuerpo. Uno mucho más profundo.
Y así me entregué al simple, básico y necesario hecho de respirar.
Entonces, una vez con todo eso ya controlado, pude liberar un poco más el pensamiento, y rever todo. Y cuando digo todo, es precisamente eso...
Pude pensar en las cosas que ya logré en mi vida, en las cosas que voy a lograr, en aquellas que jamás voy a alcanzar.
Pensé en mi familia, en la que está y la que no está. Y qué orgullosos y / o decepcionados pueden estar del hombre que soy.
Pensé en mis amigos, también en los que están y los que no. Pero más en los que están, que son los que fueron quedando a través del tiempo, a base de imponer su cariño por sobre todas las demás cosas.
Pensé en mi amor, en ella, como siempre pienso. Pero no había mucho que meditar ahí: pocas veces estuve tan seguro de algo en mi vida. Sólo me basta con saberla feliz.
Pensé en olores, en sabores en gustos. En viejos paisajes conocidos, en nuevos lugares que voy a conocer. Lo mismo con los rostros y la gente nueva.
Pensé, pensé y pensé.
Entonces me ducho, como para volver al mundo (tampoco hay que abusar de los paraísos). Y me puse a escribir.
Sin sentido, como siempre. Sin ningún punto de vista, ni ninguna opinión.
Sólo por contar...
viernes, 8 de agosto de 2008
Feliz asustario
Me da mucho, pero mucho miedo, que el feliz cumpleaños tenga la misma música en todos los idiomas...
Pregunta del día N° 16 (temática)
Hoy pregunto sobre uno de los programas paradigmáticos en mi infancia: El Show del Chavo del 8
- ¿De dónde sacaba dinero para vivir la Bruja del 71?
- ¿Cuántos patios tenía la vecindad? Porque siempre se mostraron dos, y a cuatro departamentos por patios, no entiendo cómo figuraban el 14 y mucho menos el 71 ¿no?
- ¿Cuál es la relación divina o satánica de la CH en los personajes de Gomez Bolaños? (N. de R: Chespirito era, a la vez, el Chavo, el Chómpiras, el Dr. Chapatín, el Chapulín colorado, Chaparrón Bonaparte... sin contar las palabras como Chipote Chillón, Chanfle... o a la Chilindrina)
- ¿Por qué los enamorados, como el Profesor Jirafales y Doña Florinda, nunca se besaban?
- ¿A ninguno de los mayores del programa le molestaba que los chicos fueran más altos que ellos?
- ¿Nunca Don Ramón tuvo que afrontar un juicio por maltrato de menores, debido a la forma que le pegaba al Chavo?
Ya se me van a ocurrir más...
- ¿De dónde sacaba dinero para vivir la Bruja del 71?
- ¿Cuántos patios tenía la vecindad? Porque siempre se mostraron dos, y a cuatro departamentos por patios, no entiendo cómo figuraban el 14 y mucho menos el 71 ¿no?
- ¿Cuál es la relación divina o satánica de la CH en los personajes de Gomez Bolaños? (N. de R: Chespirito era, a la vez, el Chavo, el Chómpiras, el Dr. Chapatín, el Chapulín colorado, Chaparrón Bonaparte... sin contar las palabras como Chipote Chillón, Chanfle... o a la Chilindrina)
- ¿Por qué los enamorados, como el Profesor Jirafales y Doña Florinda, nunca se besaban?
- ¿A ninguno de los mayores del programa le molestaba que los chicos fueran más altos que ellos?
- ¿Nunca Don Ramón tuvo que afrontar un juicio por maltrato de menores, debido a la forma que le pegaba al Chavo?
Ya se me van a ocurrir más...
jueves, 7 de agosto de 2008
Sectarios
Estuve viendo mucha TV. Y ví que hay varias "nuevas" tribus urbanas, y que encima todas se pelean entre sí. Al parecer, ahora hay:
- Floggers
- Emos
- Chetos
- Cumbianchas
- Jackass (¿?)
y no sé cuántos mas...
La verdad, entraño los tiempos cuando los grupos que nos separaban eran Hombres y Mujeres
- Floggers
- Emos
- Chetos
- Cumbianchas
- Jackass (¿?)
y no sé cuántos mas...
La verdad, entraño los tiempos cuando los grupos que nos separaban eran Hombres y Mujeres
Ave Fénix
Están pasando tantas cosas, que como que me dieron ganas de volver a escribir...
I'm back baby
I'm back baby
Suscribirse a:
Entradas (Atom)