En este momento, en el mismo momento en que estoy escribiendo esto, siento unas incontenibles ganas de matarlo. O no tanto, pero sí de acostarlo a dormir de una buena piña. Siento ganas de explotar, de dejar de ser ese que trata de solucionarlo todo con una sonrisa, y de, políticamente incorrecto, reacomodarle la cara con el puño.
Pero no. Las palabras de Palla siempre llegan, por más que esté yo como ahora, ciego por la bronca. Entonces, me descargo de otra manera, un poco menos violenta... quizá.
Me molesta la gente sin códigos. Me molesta la gente que cree que uno es menos sólo por el hecho de tener un número algo más bajo en el recibo de sueldo. O porque en su sello, el cargo que figura está uno o dos escalones por encima del mío. Me molesta la gente sin barrio, sin la picardía para saber cuándo hablar, cuándo callar, cuándo decir las cosas de una manera directa, o cuándo decirlas con diplomacia.
Me molesta que no se den cuenta de que acá, escribiendo, hay una persona sin vueltas, que va a ser fiel. Una persona a la que no se le caen los nombres tan fácilmente. Una persona en la que se puede confiar, y no hablo sólo de lo que es la parte laboral.
Pero estoy tan ciego ahora que ni hambre me dio, y estoy escribiendo en mi horario de almuerzo.
Tendríamos que aprender a mirarnos en el espejo, antes de juzgar las acciones de otros. Tendríamos que ver qué clase de lunares son los nuestros, antes de burlarnos de las pecas de los demás.
No soy perfecto, ni mucho menos. Jamás me lo creí. Por eso también me molesta que los demás se lo crean. Y mucho más, cuando vienen de personas que distan mucho de la perfección que tanto pregonan y creen tener.
Tendría que pararme y romperle la cara...
Pero no. Es mucho mejor así. No hay que bajar tanto, en eso Palla tiene razón. Para mí es fácil bajar, muy fácil. Pero subir es muchísimo más difícil, y más doloroso.
Le va a costar más. Un título universitario no hace a la inteligencia. Un puesto tampoco. Y mucho menos lo hace la plata. Uno es inteligente no sólo por lo aprendido en los libros, o en la vida. Sino cuando usa esos aprendizajes, y cuando los usa de cierta forma.
Sería fácil descargarse con 90 kilos concentrados en un puño. Sería (mucho más) fácil descargarse con alguien que está "Por debajo" de uno en el organigrama.
Pero es más placentero así: me causa mucho placer escribir para descargarme. Será de Looser, de Freak, de gay... pero es mucho más complejo canalizar la bronca en este plano.
Me descargo así, me saco la mochila, me exorciso.
De otra forma, sería pelear contra los molinos de viento.
Y pensar que me acuerdo de cuando estábamos todos en el mismo plano...
3 comentarios:
A mi tambien solia darme bronca ese tipo de gente. Pero con los años me di cuenta de que en realidad son mas dignos de lastima que de enojo. El problema no es tuyo, sino de el. Yo creo fervientemente en la "puteada terapeutica", o sea en mandar a la m... a alguien para despues sentirse mas liviano, pero en este caso creo que es mejor no hacerlo en la oficina.
Eso si, si hoy alguien se te cruza en la calle, reputealo nomas!!
Auguri!!
Marlene
El placer de los fracasados, se reduce solo a eso: maltratar.
No valen la pena, Panito. Tranquilo.
A mi me gusta hacerlos exponer sus bajezas ante los demas mientras se creen superiores y que ete estan dando una leccion, y son tan ciegos que no ven que lo unico que estan logrando es mostrarse como unos boludos con tiras.
Paciencia y saliva pan, y deja que esa gente solita termina nadando entre los peces...
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