miércoles, 21 de abril de 2010

Noite


A veces soy un hombre roto con el corazón entero. Y muchas otras veces viceversa. Cuando camino las calles solitarias de la noche, con este abrigo de estrellas tuertas encima, siento como si todos los días fueran iguales, y el descanso me gambeteara una y otra vez.
Cuando destilo las ideas, la inevitabilidad de saberme preso en esta piel, me cachetea con mi realidad y me avisa que, indefectiblemente, este soy yo. Y nada más.
Toda mi vida brindé clandestinidad a mi forma de ser, pero la rebelión viene por dentro y se muestra, paradójicamente, en el fondo de los ojos.
Anduve descalzo, caminé de la mano. Alguna que otra vez me llevaron en andas, y miles de oportunidades me sacaron en camilla. Perdí millones de batallas, y terminé por ganar la guerra.
Por las noches, suelo soñar inconcluso, como escondiéndome de mis temores o, quizá (todavía no lo sé bien) sea precisamente porque me enfrento a ellos. Sueño ser un actor sin guión, con la boca seca de frases, buscando ciegamente un apuntador sin llegar a encontrarlo. Y entonces caigo en la imposibilidad, en la tiranía, en la anarquía de alma. Y empiezo a errar sintaxis y no entiendo de morfologías. Las palabras ya no ruedan como antes, y el pecho duro, asmático, empieza a ceder.
Soy un vagabundo en este mundo de estrellas. Soy el miedo a no ser. Soy la insoportable certeza de entender las soledades ajenas y saber que no pueden solucionarse.
El mundo antes parecía moverse con otra síncopa. El ritmo de los sonidos ha cambiado tanto, que ya no entiendo ni siquiera el ruido blanco que llena el vacío de tus caricias. Y dejo besos en tu piel por las noches insomnes, deseando que ese mundo onírico en el que estás no te deje venir para este lado, a sufrir conmigo las sombras sin luces, los ecos de una noche lejana que nos envuelve.
No entiendo las horas, los cambios y las barbaridades cotidianas. Me pierdo constantemente en este mudo devenir de mis actos.
Siempre fui devoto de la suerte, pero hace mucho que no la practico. Tal vez sea hora de comulgar.